Cantantes y Bandas de Música Llanera
La Música Llanera es la expresión estética más enraizada de la sensibilidad llanera. En su melodía y construcción se manifiesta todo el modus vivendi de la extensa región de la Orinoquía. En ella se materializa un arraigo que pretende demostrar una dignificación del trabajo en los Llanos y la relación sociocultural que se establece con el territorio donde el Joropo toma lugar. Es el atardecer brillante y despejado en la llanura. Es la desembocadura del Río Orinoco en el mar Caribe, y la bravura de sus brazos que dominan el panorama infinito de la perspectiva visual. Es el cántico que acompasa la arriería y las tareas del campo, y es la identidad que se moviliza hacia la urbes como aparejamiento entre la presencia rural en la modernización citadina. Coplas, décimas, formas poéticas del romancero y “juglar” europeo, en donde canta al caporal involucrado en su trabajo y labranza del ganado, la actividad económica más prominente de la zona. Así, la poética de sus líricas gira en torno a la exaltación de la labor y de todas las herramientas que intervienen en el devenir de su cotidianidad. En el ardor de un cielo rojizo destellante, manto de la bóveda de estrellas que se posa sobre la topografía y el paisaje de los llanos colombo – venezolanos, se canta para arriar el ganado, durante las labores de vaquería y de ordeño, se canta para amansar al ganado, para enamorar, para festejar, se canta para reunir, se canta para acompañar. Con cantos de zafra y vaquería, voces a veces acompañadas sólo con el brioso viento, imprimen una sonoridad a la llanura colombiana y venezolana que llevan consigo una carga de identidad simbólica tan inteligible para quienes le elaboran. En medio de la extensión geográfica de la llanura se unen en una sola nación dos países que, aunque separados por límites políticos, han tejido lazos de hermandad y correspondencia. Es un reflejo del valor que le dan a la vida y la riqueza que se encuentra en lo cotidiano, y por ello es un lenguaje común de sus identidades como habitantes del llano. Con formatos de arpa, cuatro y capachos también se engalanan el jolgorio festivo y se prepara el parrando, el encuentro, la reunión. Mujeres y hombres hacen gala de su agilidad dancística y cantora de la Música Llanera, cuando se entona un Joropo en verso, haciendo una oda poética al orgullo de sentirse llaneros. Varias son sus bases rítmicas e incluso maneras de nombrarlo, galerones, tonadas, pasajes, el seis, mas lo cierto es que todas corresponden a una voluntad de la juntanza y de su sensibilidad espontánea.
No obstante su marcado origen rural, el Joropo, la mayor expresión de la Música Llanera, es una danza, un baile, una música y un sentir atemporal. Ha permanecido como una comprensión y aceptación de sus identidades, la cual se adapta y camina activamente de la mano del paso del tiempo. No se clava en la mente como una estampa inanimada que añora un pasado, sino que hace parte de las lecturas del presente y las proyecciones firmes de un futuro. Una marcada herencia andaluza, mora e indígena, nos arroja ideas del origen del Joropo, un vocablo que actualmente nombra la música, el baile, el espacio-tiempo donde se vive con fervor lo colectivo de la música llanera en el crisol del mestizaje étnico y toda la información ancestral que ello transporta y une. Un valseo europeo, unos zapateos que dicen ser influenciados por la cultura flamenca andaluza y al mismo tiempo parafrasean sonoramente el galope del caballo y de la huella del ganado bovino, y un canto brioso y recio asemejado a los cantes jondos flamencos. En esta estampa artística hay toda una puesta en escena de la cotidianidad de las y los llaneros. El Joropo es el baile y es el ritmo, es la fiesta y el punto de encuentro. En los parrandos, la fiesta dura días, vienen unos, llegan otros. Hay jornadas largas de festejo mientras siguen hilando un tesoro que es herencia cultural desde la llanura colombiana y venezolana hacia el mundo. De esos mismos entornos rurales y populares ha provenido una sabiduría que se pone en escena en festivales y torneos para ser también conocida y disfrutada por admiradores de todo el mundo. El Torneo Internacional del Joropo es un evento con amplio reconocimiento que invita a vivir y ser espectador de todas las prácticas más identitarias del llano. El famoso Joropódromo, el Reinado del Joropo, el Festival Gastronómico, son algunos de los acontecimientos más relevantes que exponen en escena una amalgama de expresiones culturales del llano y que constituyen su idiosincrasia. Allí se dan la mano bailadores y bailadoras, intérpretes y cantantes tradicionalistas, con artistas que se han inspirado en las expresiones bucólicas del campo llanero para dar lugar a experimentales fusiones. El romanticismo de los valseos al bailar se encuentran con los veloces zapateos y los galantes escobillados, reafirmando la gran diversidad de elementos que hay en el Joropo, en la Música Llanera, aceptando los cambios como una manera de reafirmar un origen y mantenerse vigente a las adaptaciones de los tiempos.
La Música Llanera se ha conservado como la manera de entender el mundo a través del movimiento y la interpretación de los sonidos a su alrededor por quienes le honran. Ha sido transformada no sólo en su forma de bailar, sino también en su musicalidad. El cuadro musical llanero más conocido es constituido por el arpa, los capachos y el cuatro. Sin embargo, también se reconocen otros instrumentos partícipes en esta creación como han sido la bandola andina, la mandolina, los requintos, e incluso el tiple. Y es que hacia el lado colombiano, la región natural de la Orinoquía, donde se encuentran los Llanos Orientales, colinda con el piedemonte de la cordillera oriental y la selva amazónica. La cercanía e influencia de la cultura andina ha sido inevitable y sólo cuando algunos artistas venezolanos trajeron el arpa, fue el momento en donde este instrumento cobró mayor protagonismo. El arpa se mantuvo hacia la transición del formato como algo que cada vez más cobraba una importancia universal.
Desde la educación formal se han llevado a cabo iniciativas para incorporar el aprendizaje de las prácticas musicales y dancísticas llaneras como una manera de fortalecer esos vínculos con las tradiciones y fortalecer el reconocimiento a unas identidades compartidas. Dichas prácticas viene a ser un apoyo a la enseñanza que ya se ha gestado entre los entornos familiares, siendo el compartir, la tertulia familiar y la juntanza, los vehículos principales cómo esta sabiduría se ha transmitido de generación en generación.
A continuación, algunos y algunas cantantes y bandas de Música Llanera:
Abdul Farfán
Adilia Castillo
Al Ritmo del Bordón
Amín Castellanos
Ana Veydó
Aries Vigoth
Arnulfo Briceño
Barbarita Díaz
Catire Morales
Cimarrón
Chimó Psicodélico
Cholo Valderrama
Conjunto Alma Llanera
Conjunto Juan Bimba
David Parales y los Copleros del Arauca
Ensamble Sinsonte
Estampa Criolla
Festival Llanero
Flor de mi Tierra
Jhon Onofre
Juan Harvey Caycedo
Juan Vicente Torrealba
Laura Gaitán
Las Cubeítas del Palmar
Lisbeth Cedeño
Los Copleros del Arauca
Luis Ariel Rey
Luis Quinitiva
María Carrizales
Miguel Ángel Martín
Orgullo Venezolano
Reynaldo Armas
Simón Díaz
Trío Los Galanes
Trío los Llaneros
Walter Silva
Yosefin Escobar