Jerga en Cuba
Nuestro vocabulario, elocuencia, ritmo, cadencia y tonalidad al hablar se construyen diariamente con el vaivén de la cotidianidad. Las lenguas, amplias en su diversidad, abrazan la infinidad de formas en que los seres humanos habitamos nuestros territorios, y cómo entre nosotros tejemos los hilos de comunicación que movilizan el mundo. Así como la música y la danza, los idiomas son manifestaciones que se alimentan constantemente del intercambio cultural, y para el caso de América Latina y su adopción del castellano como lengua oficial, el contacto vivido entre el español peninsular, el indígena originario y el afrodescendiente, ha marcado la diferencia en la creación de un argot propio de esta transculturación. Los procesos de mestizaje vividos, y también sufridos, generaron y continúan generando contextos sociales que en su cotidianidad son laboratorios de creación en donde diariamente estamos estableciendo y adaptando todos nuestros códigos de comunicación, en especial, los pueblos con alto grado de hibridación como los americanos.
Para el caso especial de Cuba, la isla mayor de las Antillas, debido al largo tiempo y la fuerte influencia ejercida por los invasores europeos en todos los ámbitos de la cultura, la lengua castellana se impuso sobre las lenguas indígenas y por supuesto sobre las lenguas de origen africano. Fue calando constantemente como el vehículo de comunicación entre los habitantes criollos y mestizos, los “nuevos” hijos de la América, hasta constituir la lengua oficial. Sin embargo, y como muestra de resistencia, muchas de estas etnias y comunidades conservaron inexorablemente vocablos y léxicos con un gran significado para la conservación de su memoria, y que hoy en día se mantienen y se han fusionado con el castellano como palabras de uso común y popular entre la población cubana.
El paso del tiempo ha reconfigurado las relaciones de poder y de interacción entre la amalgama étnica, racial y cultural en Cuba, y la lengua y su creación no son inmutables ante los cambios. Así como se cultivó un castellano proveniente de los usos coloquiales y adaptaciones a las realidades territoriales de Cuba, debido a la implacable firmeza de las culturas indígenas y afrodescendientes, la estrecha cercanía entre Cuba y Estados Unidos, sus intercambios poblacionales y la presencia de estadounidenses en la isla, dio pie a un léxico de origen anglosajón que se une a todas las influencias que han construido un español propio de Cuba.
Actualmente, el español que se habla en Cuba posee una construcción gramatical y unas tonalidades sui generis, que evocan cierta picardía popular y, al mismo tiempo, una fuerte relación con su ancestralidad y las condiciones sociales que encaran en su cotidianidad. Así como lo es su música y su danza, el uso de la lengua para los y las cubanas ha sido un reconocimiento y enaltecimiento de un pueblo profundamente rico en su patrimonio y legado cultural. Cada sonoridad y cadencia en su hablar refleja también una resiliencia de un pueblo indómito y auténtico que construye palabras a partir de sentimientos populares y costumbres importantes para su identidad.
La jerga en Cuba, su argot, está plagado de eufemismos, metáforas y refranes populares que transversalizan la comunicación entre todos sus habitantes, sin importar su origen, generación o nivel educativo.
A continuación, algunos términos de la jerga en Cuba:
Aché: don, virtud, buena suerte, energía espiritual
Aguaje: alarde
Almendrón: automóvil antiguo de los años 50’s y 60’s
Ambia: amigo(a)
Ampanga: persona conflictiva
Andar a la mailó: quiere decir “andar a la my love” que significa estar sin preocupaciones; estar desnudo(a)
Arroz con mango: enredo, confusión
Asere: amigo(a)
¡Asere, qué bola!: saludo muy familiar e informal; “hola, ¿qué tal?”
Atrabancar: agarrar
Baracutey: persona solitaria, sin compañía
Barbacoa: segundo piso interno de una casa, usualmente de madera, que tiene como fin ampliar las plantas de un lugar; mezzanine
Bemba: boca, labios
Bohío: caseta o cabaña hecha con paja y madera
Bola: chisme, rumor
Buchipluma: persona que alardea y hace promesas, pero no cumple; persona insignificante
Caballito: policías que se movilizan en motocicleta
Cachimbo: pistola
Cajetilla: los dientes, la dentadura
Calcular: medir la capacidad de alguien
Camaján: persona muy astuta, no se le escapa nada
Caminar con los codos: ser una persona tacaña
Campana: persona que se encuentra en excelentes condiciones de salud
Cancha: ser bueno para algo; estar en muy buenas condiciones para hacer algo
Chivo: bicicleta
Chama, chamaco: niño, niña
Coger botella: pedir a alguien transporte gratis, pedir un aventón
Coger cajita: sacar provecho de una situación
Coger un diez: tomar una pausa o un leve descanso de alguna actividad
Compay, comay: compadre, comadre
Confronta: transporte público que circula en la madrugada
Catao: palabra proveniente del anglicismo “cut - out”, significando el interruptor de electricidad
Cubiche: cubano, nacional
Dar el berro: molestarse y descargar la ira en contra alguien; compartir con los(as) amigos(as)
Dar piano: propinarle un golpe a una persona
Dar tremenda muela: hablar mucho; sacar excusas o justificaciones para no hacer algo
Darse lija: darse a sí mismo(a) mucha importancia
Desmaya esa talla: expresión para decir que no se piense más en un tema, que no se dé más vueltas en él
Despertar con el moño virao: despertar de mal humor, tener un día pésimo
Durañón(a): tacaño(a)
Echar pesca: tomar una siesta o un descanso en medio de actividades laborales
El horno no está para galletas: tener un mal día
Embarajar: esquivar o evitar una situación; engañar
Estar arriba de la bola: cuando alguien tiene mucho conocimiento e información sobre algo
Estar detrás del palo y pidiendo el último: estar despistado, no entender una situación
Estar en la tela: estar muy delgado(a)
Estar en llama: estar feo
Estar en talla: expresarse bien y hablar acertadamente sobre algo; que algo le queda bien
Estar hecho(a) maceta: conseguir mucho dinero
Estar volao’: cuando algo es muy bueno
Fachar: robar
Fiana: policía
Fruta bomba: papaya
Fula: dólares
Gao: casa, hogar
Guagua: bus
Guaniquiqui: dinero
Guatacar: adular
Guateque: fiesta popular de origen rural
Hacer la pala: acompañar a alguien
Hacer leña del árbol caído: hablar de manera despectiva acerca de una persona que ya no se encuentra presente
Irse a la pincha, tener pincha: Ir a trabajar, tener trabajo
Irse pa’l yuma: irse para el extranjero
Jamar: comer
Jamonero(a): persona exhibicionista; persona que se involucra con compra y venta en negocios de mala procedencia
Jeva: mujer
Jimaguas: gemelos(as)
Juma: borrachera
Ladrillo: automóvil Lada en muy buen estado
La cariñosa: la gripe
Más rollo que película: situación donde hay más palabrerías y promesas que actos concretos
Pegar la gorra: llegar inesperadamente a un lugar en horarios de comida y quedarse a comer
Pestífero(a): persona que le gusta comer de más
Pincha: trabajo
Poner en China: no entender nada
Prieto(a): hombre o mujer afrodescendiente
Quemao’: persona que sabe mucho y demuestra ser muy brillante en un tema; loco(a)
Recholata: alboroto
Sacar un sable: asustar a alguien
Ser un barco: hacer o cumplir con las responsabilidades a última hora
Ser un punto: ser una persona ingenua, que ha sido engañada muy fácilmente
Tanque: cárcel
Tener culillo: ser muy impaciente
Tirar un cabo: dar una ayuda a alguien
Tirarse de la guagua andando: ser temerario(a) al tomar una decisión, arriesgarse a tomar una oportunidad
Tremenda pastilla: persona muy atractiva físicamente
Tremendo andino: un problema muy grande
Tocao’: algo que es muy bueno
Tu maletín: tu problema
Verdes: dólares
Viandas: tubérculos y frutos como la yuca, el boniato, la papa, el plátano, calabaza y malanga
Volar como Matías Pérez: desaparecerse, perderse
Voy bajando: me voy